En temporada de fiestas y de aquí en adelante tengamos en cuenta estos consejos para protegerlos todavía más, evitando estos cinco componentes tóxicos que figuran en muchos de los productos fabricados especialmente para niños.
1. Evita el cuero de imitación cargado de plomo
Muchos bolsos, billeteras, mochilas y otros accesorios plásticos están a menudo hechos con cloruro de polivinilo, un componente que frecuentemente se estabiliza con plomo. Evidentemente, con plomo dañino, tóxico y venenoso.
Aún cuando muchas organizaciones como por ejemplo el Centro de Salud Medioambiental han estado trabajando para eliminar esta amenaza de los accesorios de cuero de imitación, las pruebas más recientes demuestran que algunos comercios (especialmente ciertas tiendas como Forever 21) todavía ofrecen muchos productos estabilizados con plomo. El plomo es una toxina tan dañina que hasta los animales expuestos a ella pueden sufrir consecuencias en todos los sistemas de su organismo. Para proteger el cerebro y el cuerpo en desarrollo de tus hijos evita los accesorios de plástico blandos y de cuero de imitación, especialmente los de color rojo brillante y amarillo.
2. Evita los juguetes con ftalatos
Los días de los juguetes de madera ya han quedado atrás. Hoy el plástico es el que manda. Y, desafortunadamente, el plástico suele venir acompañado de un malvado secuaz, el ftalato. A menudo llamados plastificadores, los ftalatos se utilizan para lograr que los plásticos sean más flexibles y difíciles de romper. Esta clase de químicos ha sido relacionada con alteraciones hormonales que generan problemas de salud tales como la anormalidad en el desarrollo reproductivo, la infertilidad, etc.
Una cantidad cada vez mayor de comerciantes ha prometido eliminar o reducir el uso de plásticos con ftalatos en los productos fabricados para niños, pero todavía existen gran cantidad de objetos que los contienen. Un estudio reciente examinó veinte productos escolares de las marcas Disney, Spider-Man y Dora la Exploradora, entre ellos cajas o recipientes para el almuerzo, mochilas, carpetas, impermeables y botas para la lluvia. Descubrieron que el 75% de los productos contenían niveles elevados de ftalatos.
3. Evita las joyas envenenadas
Si son baratas, es posible que ya sepas que esas joyas brillantes no están precisamente hechas de materiales puros y gemas preciosas. De hecho, un estudio exhaustivo publicado en la revista Time reveló que el 59% de los accesorios de joyería vendidos en cadenas comerciales como Walmart, Kohl’s, Forever 21, H&M, y Target contienen uno o más químicos considerados peligrosos para la salud humana por la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CSPC por sus siglas en inglés).
De las 99 piezas de joyería analizadas, el 27% contenía más de 300 partes por millón (ppm) del límite de plomo aceptado por la CPSC en elementos para niños y el 13% contenía más de 100 ppm de arsénico, un elemento relacionado con el cáncer de vejiga, riñón, pulmón, hígado y próstata. También se encontró cadmio, un metal tóxico utilizado para fabricar baterías, que se puede acumular en los riñones y afectar su funcionamiento, además de contribuir a generar anormalidades reproductivas y cáncer de pulmón.
4. Evita los materiales artísticos asesinos
Algunos pegamentos, pinturas acrílicas, solventes, pigmentos y marcadores permanentes liberan compuestos orgánicos volátiles o contienen cancerígenos. ¡El arte no es para los débiles de corazón!
El Instituto de Materiales de Arte recomienda buscar el sello de la ACMI para asegurarse de que los productos fueron evaluados por toxicólogos calificados tanto para riesgos severos como crónicos. También se deben buscar leyendas que aseguren que los productos satisfacen las normas ASTM D 4236, el sistema de evaluación de riesgos crónicos que actualmente forma parte de la ley de control de los Estados Unidos. Si los productos van dirigidos específicamente a los niños, siempre deben comprarse con el sello ACMI AP No-Tóxico.
5. Evita los dulces nocivos
En lo que se refiere a la fabricación de dulces, las monedas de chocolate siempre tienen dos caras. Una de esas caras es la inmensa alegría que produce ver las montañas de galletas, bastones de caramelo, figuritas de chocolate y gomitas de frutas (al menos para algunos). Pero la otra cara son los efectos nocivos que producen los altos niveles de fructosa, los colorantes sintéticos, los ingredientes GMO, los excesos de azúcar, el uso de pesticidas, las malas condiciones de trabajo y las pagas injustas de los trabajadores que se dedican a la recolección de azúcar y cacao. Por todo ello, busca dulces naturales hechos con ingredientes orgánicos y de proveedores y fabricantes confiables.
Fuente: TreeHugger